Trouvé 179 Résultats pour: gracia divina
Tu ojo desea gracia y belleza; pero sobre ambas está el verdor de los campos. (Eclesiástico 40, 22)
Hizo salir de él un hombre de bien, que halló gracia a los ojos de todos, amado de Dios y de los hombres: (Eclesiástico 45, 1)
Pero el Señor espera la hora de otorgaros su gracia; por eso se levanta para apiadarse de vosotros, porque el Señor es un Dios de justicia; felices los que en él esperan. (Isaías 30, 18)
Sí, pueblo de Sión que habitas en Jerusalén, no llorarás más: él te dará su gracia, atento a tus gritos de súplica; en cuanto lo oiga, te responderá. (Isaías 30, 19)
Esto dice el Señor: En el tiempo de la gracia te he atendido, el día de la salvación te he ayudado, te he formado y te he puesto como alianza del pueblo para reconstruir el país, para repartir heredades devastadas (Isaías 49, 8)
Creció ante él como un pimpollo, como raíz en tierra seca. Sin gracia ni belleza para atraer la mirada, sin aspecto digno de complacencia. (Isaías 53, 2)
a proclamar un año de gracia del Señor, un día de venganza para nuestro Dios. A consolar a todos los afligidos, (Isaías 61, 2)
¿Acaso por eso le condenaron a muerte Ezequías, rey de Judá, y todo Judá? ¿No temieron más bien al Señor; no imploraron su gracia, hasta obtener que retirara la desgracia con que les había amenazado? ¿Y vamos nosotros a cargar con un delito tan grave?". (Jeremías 26, 19)
Esto dice el Señor: Ha hallado gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada. Israel se dirige a su descanso. (Jeremías 31, 2)
No siendo otra cosa que madera, dorada o plateada, fácilmente se puede deducir de aquí que no son más que mentira. Para todos, naciones y reyes, resultará claro que no son dioses, sino hechura de manos de hombres, y que en ellos no hay ninguna operación divina. (Baruc 6, 50)
Betel-Sareser, gran oficial del rey, y sus gentes enviaron una delegación para implorar la gracia del Señor (Zacarías 7, 2)
¿No ha hecho el Señor un ser único, carne animada de vida? Y este ser único, ¿qué busca? Una descendencia divina. Respetad vuestras vidas y no seáis infieles a la esposa de vuestra juventud. (Malaquías 2, 15)