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  • Cuando los reyes amorreos de Cisjordania y los cananeos de occidente oyeron cómo había secado el Señor las aguas del Jordán ante los israelitas hasta que pasaron, se quedaron atónitos y acobardados ante ellos. (Josué 5, 1)

  • Cuando el sacerdote Fineés, los jefes de la comunidad y los jefes de clanes que le acompañaban oyeron estas palabras de los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, les pareció bien. (Josué 22, 30)

  • Booz subió a la puerta de la ciudad y se sentó. Cuando pasó el citado pariente le dijo: "Oye, ven acá y siéntate". Se acercó y se sentó. (Rut 4, 1)

  • Oyeron los gritos los filisteos y preguntaron: "¿Qué significa este clamor tan grande en el campamento de los hebreos?". Y supieron que el arca del Señor había llegado al campamento. (I Samuel 4, 6)

  • Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, quedaron consternados y se llenaron de miedo. (I Samuel 17, 11)

  • Oyeron las palabras de David y se las contaron a Saúl, que lo mandó llamar. (I Samuel 17, 31)

  • Adonías y los invitados oyeron el griterío cuando terminaban el banquete, y Joab dijo: "¿Qué significa ese vocerío de la ciudad?". (I Reyes 1, 41)

  • Pero el Señor le dijo: Has proyectado construir un templo a mi nombre, y has hecho bien en proyectarlo. (I Reyes 8, 18)

  • Sólo pido que el Señor me perdone una cosa: cuando entre mi señor en el templo de Rimón y se apoye en mi brazo, para adorar allí, y yo me postre en el templo de Rimón mientras él se postra, que el Señor me lo perdone". (II Reyes 5, 18)

  • Fueron y gritaron a los centinelas de la puerta de la ciudad y les comunicaron la noticia de esta manera: "Hemos entrado en el campamento de los sirios y allí no hay nadie, ni se oye nada. No se ven más que caballos atados, asnos atados y tiendas intactas". (II Reyes 7, 10)

  • Pones tu confianza en el sostén de esa caña rota, en Egipto, que a quienquiera que se apoye sobre ella se le hincará en la mano y se la traspasará. Así será el Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él. (II Reyes 18, 21)

  • Le dejó también la descripción de todos sus proyectos respecto 2de los atrios del templo del Señor, las cámaras de alrededor, los tesoros del templo del Señor, los depósitos sagrados; (I Crónicas 28, 12)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina