Trouvé 402 Résultats pour: paz

  • Os deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor. (II Tesalonicenses 1, 2)

  • Pues bien, a estos tales exhortamos y amonestamos en nombre de Jesucristo, el Señor, a trabajar en paz y a ganarse el pan que comen. (II Tesalonicenses 3, 12)

  • Que el Señor de la paz os dé él mismo la paz, siempre y en todos los órdenes. El Señor esté con todos vosotros. (II Tesalonicenses 3, 16)

  • a Timoteo, verdadero hijo en la fe. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo, nuestro Señor. (I Timoteo 1, 2)

  • Es necesario que el obispo sea intachable, casado una sola vez, sobrio, prudente, de porte educado, hospitalario, capaz de enseñar; (I Timoteo 3, 2)

  • a Timoteo, mi hijo querido: Te deseo la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. (II Timoteo 1, 2)

  • Huye de las pasiones propias de la juventud, y practica la justicia, la fe, el amor, la paz con quienes invocan al Señor con corazón puro. (II Timoteo 2, 22)

  • a Tito, mi verdadero hijo en nuestra fe común, te deseo la gracia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Salvador. (Tito 1, 4)

  • guardador fiel de la doctrina que se le enseñó, para que sea capaz de animar a otros y de refutar a los que contradicen. (Tito 1, 9)

  • os deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor. (Filemon 1, 3)

  • Pues la palabra de Dios es viva y eficaz y más aguda que espada de dos filos; ella penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y es capaz de juzgar los sentimientos y los pensamientos. (Hebreos 4, 12)

  • Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, ya que fue probado en todo a semejanza nuestra, a excepción del pecado. (Hebreos 4, 15)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina