Trouvé 337 Résultats pour: profeta elías

  • y Jeroboán dijo a su mujer: "Disfrázate de modo que nadie conozca que eres mi mujer, y vete a Silo. Allí está Ajías, el profeta, el que me anunció que había de ser rey de este pueblo. (I Reyes 14, 2)

  • Lo enterraron, y todo Israel le lloró, como el Señor había dicho por medio de su siervo Ajías, el profeta. (I Reyes 14, 18)

  • El Señor, por medio del profeta Jehú, hijo de Jananí, dirigió su palabra contra Basá y contra su casa, no sólo por todo lo malo que hizo a los ojos del Señor, irritándole con sus acciones y haciéndose semejante a la casa de Jeroboán, sino por haber exterminado a ésta. (I Reyes 16, 7)

  • como el Señor había dicho contra Basá por medio del profeta Jehú, (I Reyes 16, 12)

  • Elías, el tesbita, de Tisbé, en Galaad, dijo a Ajab: "¡Vive el Señor, Dios de Israel, a cuyo servicio estoy!: en estos dos años no habrá lluvia ni rocío, mientras yo no lo diga". (I Reyes 17, 1)

  • Elías salió y, tal como el Señor le había ordenado, se estableció en el torrente Querit, al este del Jordán. (I Reyes 17, 5)

  • Elías se levantó y se fue a Sarepta. Cuando entraba por las puertas de la ciudad, vio a una mujer viuda, que estaba recogiendo leña. La llamó y le dijo: "Tráeme, por favor, en un vaso un poco de agua para beber". (I Reyes 17, 10)

  • Cuando ella iba por el agua, Elías le gritó: "Tráeme también un pedazo de pan". (I Reyes 17, 11)

  • Elías le dijo: "No temas. Ve a casa y haz lo que has dicho, pero primero hazme a mí una torta pequeña y tráemela. Para ti y para tu hijo, la harás después. (I Reyes 17, 13)

  • Fue e hizo lo que Elías le había dicho, y tuvieron para comer él, ella y toda su casa durante algún tiempo. (I Reyes 17, 15)

  • La tinaja de harina no se vació, ni disminuyó la orza del aceite, según la promesa que el Señor había hecho por medio de Elías. (I Reyes 17, 16)

  • Entonces ella dijo a Elías: "¿Qué tengo yo que ver contigo, hombre de Dios? ¿Has entrado en mi casa para recordar mis pecados y dar muerte a mi hijo?". (I Reyes 17, 18)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina