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  • pero el Señor es para mí la fortaleza, mi Dios es la roca donde yo me refugio. (Salmos 94, 22)

  • Venid, cantemos jubilosos al Señor, aclamemos a la roca que nos salva; (Salmos 95, 1)

  • partió la roca y brotó agua que bajaba como un río por el desierto. (Salmos 105, 41)

  • De David Bendito sea el Señor, mi roca, que adiestra mis manos para la batalla y mis puños para el combate; (Salmos 144, 1)

  • se subió a una roca, y allí, casi sin sangre, se agarró los intestinos con ambas manos y los tiró sobre los soldados, pidiendo al Señor de la vida y del espíritu que un día se los devolviera; y así murió. (II Macabeos 14, 46)

  • el sendero del águila en los cielos, el sendero de la serpiente sobre la roca, el sendero del navío en alta mar, el sendero del hombre en la doncella. (Proverbios 30, 19)

  • Tuvieron sed y te invocaron; una roca escarpada les dio agua, una dura piedra remedió su sed. (Sabiduría 11, 4)

  • Ezequías fortificó su ciudad y metió las aguas dentro de ella. Taladró con hierro la roca y edificó estanques para las aguas. (Eclesiástico 48, 17)

  • Él será una piedra de tropiezo, una roca que puede hacer caer para las dos casas de Israel; un lazo y una trampa para los habitantes de Jerusalén. (Isaías 8, 14)

  • El Señor todopoderoso blandirá contra él el azote, como cuando hirió a Madián en la roca de Horeb; y alzará su bastón sobre el mar, como otras veces sobre Egipto. (Isaías 10, 26)

  • Porque has olvidado al Dios de tu salvación y no te acordaste de la roca de tu refugio, por eso has plantado huertos de delicias, y siembras en ellos semilla extranjera. (Isaías 17, 10)

  • que se está haciendo un sepulcro en lo alto y tallando en la roca su mansión: ¿Qué tienes aquí; a quién conoces para excavarte aquí un sepulcro? (Isaías 22, 16)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina