Trouvé 273 Résultats pour: sacrificio

  • dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, cinco corderos de un año, para el sacrificio de reconciliación. Ésta fue la ofrenda de Abidán, hijo de Gedeoní. (Números 7, 65)

  • un macho cabrío, para el sacrificio por el pecado; (Números 7, 70)

  • dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, cinco corderos de un año, para el sacrificio de reconciliación. Ésta fue la ofrenda de Ajiezer, hijo de Amisaday. (Números 7, 71)

  • un macho cabrío, para el sacrificio por el pecado; (Números 7, 76)

  • dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, cinco corderos de un año, para el sacrificio de reconciliación. Ésta fue la ofrenda de Pagiel, hijo de Ocrán. (Números 7, 77)

  • un macho cabrío, para el sacrificio por el pecado; (Números 7, 82)

  • dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, cinco corderos de un año, para el sacrificio de reconciliación. Ésta fue la ofrenda de Ajirá, hijo de Enán. (Números 7, 83)

  • Total de los animales para el holocausto: doce novillos, doce carneros, doce corderos de un año, con sus ofrendas; doce machos cabríos, para el sacrificio por el pecado; (Números 7, 87)

  • total de animales para el sacrificio de reconciliación: veinticuatro bueyes, sesenta carneros, sesenta machos cabríos y sesenta corderos de un año. Éstas fueron las ofrendas para la consagración del altar cuando fue ungido. (Números 7, 88)

  • Tomarán luego un novillo con la ofrenda correspondiente de flor de harina amasada con aceite, y tú tomarás otro para el sacrificio por el pecado. (Números 8, 8)

  • Los levitas pondrán a continuación sus manos sobre la cabeza de los novillos, y tú los ofrecerás al Señor, uno en sacrificio por el pecado y otro en holocausto. Así cumplirás sobre los levitas el rito de absolución. (Números 8, 12)

  • y hagáis una ofrenda al Señor de ganado mayor o menor como holocausto o sacrificio, en cumplimiento de un voto, o como ofrenda espontánea o con ocasión de una fiesta, ofrenda de olor agradable al Señor, (Números 15, 3)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina