Trouvé 232 Résultats pour: servicio sagrado

  • Elías respondió: "¡Vive el Señor todopoderoso, a cuyo servicio estoy!, que hoy me presentaré a él". (I Reyes 18, 15)

  • En una de sus incursiones, los sirios se llevaron de la tierra de Israel a una muchacha que fue a parar al servicio de la mujer de Naamán. (II Reyes 5, 2)

  • Pero Eliseo replicó: "¡Vive el Señor, a cuyo servicio estoy, que no tomaré nada!". Y por más que insistió para hacérselo aceptar, lo rehusó. (II Reyes 5, 16)

  • los otros dos grupos vuestros, es decir, todos los que salen de servicio el sábado, harán la guardia en el templo del Señor junto al rey; (II Reyes 11, 7)

  • Los jefes de centuria hicieron todo lo que el sacerdote Yehoyadá les mandó; cada uno tomó a sus hombres, los que entraban de servicio el sábado y los que salían, y se presentaron al sacerdote Yehoyadá. (II Reyes 11, 9)

  • Sin embargo, no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboán, el que había hecho pecar a Israel; incluso el cipo sagrado siguió en pie en Samaría. (II Reyes 13, 6)

  • Abandonaron todos los preceptos del Señor, su Dios, se hicieron dos becerros de bronce fundido y un cipo sagrado y adoraron a todos los astros del cielo y a Baal. (II Reyes 17, 16)

  • "¡Ay, Señor! Acuérdate de que me he conducido en tu servicio con fidelidad y de todo corazón, y he hecho lo que es justo a tus ojos". Y Ezequías rompió a llorar amargamente. (II Reyes 20, 3)

  • Reconstruyó las colinas que su padre Ezequías había destruido; levantó altares a Baal, y un cipo sagrado, como había hecho Acaz, rey de Israel; adoró a todos los astros del cielo y les rindió culto. (II Reyes 21, 3)

  • Destruyó el altar que había en Betel, y el santuario que había construido Jeroboán, hijo de Nabat, el que había inducido a Israel a pecar; hizo pedazos sus piedras, reduciéndolas a polvo, y quemó el cipo sagrado. (II Reyes 23, 15)

  • Tomaron las ollas, las palas, los cuchillos, las cazuelas y todos los instrumentos de cobre con los que se hacía el servicio sagrado. (II Reyes 25, 14)

  • Estos eran alfareros y habitaban en Netaín y Guederá: vivían junto al rey y trabajaban a su servicio. (I Crónicas 4, 23)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina