Trouvé 77 Résultats pour: tierras altas

  • pero los romanos se enteraron y enviaron a luchar contra ellos a un solo general; cayeron muchos griegos, y los romanos se llevaron cautivas a sus mujeres y a sus hijos, saquearon sus bienes, se apoderaron de sus tierras, derribaron sus murallas y los sometieron a esclavitud hasta el día de hoy. (I Macabeos 8, 10)

  • Báquides volvió a Jerusalén y se puso a construir plazas fuertes en Judea, las fortalezas de Jericó, Emaús, Bejorón, Betel, Tamnata, Faratón y Tefón, con altas murallas y puertas con cerrojos, (I Macabeos 9, 50)

  • Simón reconstruyó la fortaleza de Judea, la rodeó de altas torres, de murallas sólidas, de puertas con cerrojos y depositó víveres en ellas. (I Macabeos 13, 33)

  • Los habitantes cultivaban en paz sus propias tierras, la tierra producía sus cosechas y los árboles del campo daban frutos. (I Macabeos 14, 8)

  • Pero él, elevándose a más altas resoluciones, dignas de su edad y de su venerable ancianidad, de sus cabellos ya blancos y de su vida irreprensible desde la infancia, y sobre todo de las santas leyes establecidas por Dios, respondió que prefería que lo llevaran a la muerte. (II Macabeos 6, 23)

  • Lucharon contra Timoteo y Báquides, mataron a más de veinte mil y cayeron en su poder altas y sólidas fortalezas. Repartieron el abundante botín en dos partes iguales, una para ellos y otra para los débiles, los huérfanos, las viudas y los ancianos. (II Macabeos 8, 30)

  • Ejerce su servicio entre los grandes y se presenta ante los jefes. Viaja por tierras extranjeras para conocer lo bueno y lo malo de los hombres. (Eclesiástico 39, 4)

  • Enteraos, pueblos: ¡seréis aplastados! Prestad oído, tierras lejanas; tomad las armas: seréis aplastados; tomad las armas: seréis aplastados. (Isaías 8, 9)

  • Y tú, siervo mío Jacob, no temas -dice el Señor-; no te espantes, Israel; yo te sacaré de tierras lejanas, y a tu descendencia, del país de su destierro. Jacob volverá a vivir tranquilo y en paz, sin que nadie lo inquiete. (Jeremías 30, 10)

  • Es el día del Señor Dios, día de venganza, para vengarse de sus enemigos. Su espada devorará, se saciará, se embriagará de la sangre de ellos. ¡Un sacrificio que celebra el Señor Dios omnipotente en las tierras del norte, junto al río Éufrates! (Jeremías 46, 10)

  • Y tú no temas, siervo mío Jacob; ni tiembles, Israel. Mira, yo te libraré de tierras lejanas, y a tu descendencia de su país de exilio. Jacob volverá a vivir en paz y en seguridad, sin que nadie lo inquiete. (Jeremías 46, 27)

  • Aunque Babilonia se elevara hasta el cielo e hiciera inaccesibles sus fortalezas en las altas esferas, de mi parte les alcanzarían los devastadores -dice el Señor-. (Jeremías 51, 53)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina