13. Una copia del documento debía ser promulgada con fuerza de ley en cada provincia y comunicada a todos los pueblos, de manera que los judíos estuvieran preparados aquel día para vengarse de sus enemigos.





“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina