31. Roboám se fue a descansar con sus padres, y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David. Su madre se llamaba Naamá, la amonita. Su hijo Abiám reinó en lugar de él.





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina