Jeremías, 50
27. Masacren todos sus bueyes, que bajen al matadero. ¡Ay de ellos, porque les ha llegado el día, el tiempo de dar cuenta!
27. Masacren todos sus bueyes, que bajen al matadero. ¡Ay de ellos, porque les ha llegado el día, el tiempo de dar cuenta!
“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina