Deuteronomio, 9
17. Tomé entonces las dos tablas, las arrojé de mis manos y las hice pedazos a vuestros propios ojos.
17. Tomé entonces las dos tablas, las arrojé de mis manos y las hice pedazos a vuestros propios ojos.
Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina