36. Cuando el rey volvió de las regiones de Cilicia, los judíos de la ciudad junto con los griegos, que también odiaban el mal, fueron a su encuentro a quejarse de la injustificada muerte de Onías.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina