II Samuel, 3
34. No ligadas tus manos ni puestos en cadenas tus pies. Has caído como quien cae ante malhechores.» Y arreció el pueblo en su llanto por él.
34. No ligadas tus manos ni puestos en cadenas tus pies. Has caído como quien cae ante malhechores.» Y arreció el pueblo en su llanto por él.
“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina