Isaías, 17

5. Será como cuando apuña un segador la mies, y su brazo las espigas siega; será como espigador en el valle de Refaím,

Versets liés à Isaías, 17:

Isaías 17 habla sobre la profecía de la destrucción de Damasco. El capítulo comienza con la declaración de que Damasco ya no será una ciudad y se convertirá en muchas ruinas. Entonces el Profeta señala que Israel también se verá afectado por esta destrucción. Los versos elegidos son:

Amós 1:3-4: "Así dice el Señor: para tres transgresiones de Damasco, y para cuatro, no revocaré su castigo, porque caminaron por la cabeza con rieles de hierro. Por lo tanto, prendiré fuego a la casa de Hazael , que consumirá los palacios de Ben-Hadade ". Estos versos muestran que la destrucción de Damasco fue un castigo divino por el mal que la ciudad había cometido, como invadir a Gilead y subyugar a su gente.

Jeremías 49:23-24: "Acerca de Damasco. Avergonzado está Hamate y Arpade, porque han escuchado malas noticias; están desanimados. El mar está agitado, no puede estar en silencio. Damasco se ha desmayado, huyó y el temblor lo tomó; la angustia y el dolor lo han incautado, como de la mujer que está en el parto ". Estos versículos describen la angustia que se hizo cargo de Damasco cuando se enteró de su inminente destrucción.

Salmo 83:3-4: "Atrapan a su pueblo y conspira contra su protegido. Dicen, vienen, y para interrumpirlos para que no sean una nación, y no hay más memoria del nombre de Israel". Estos versos muestran que los enemigos de Israel, como Siria, estaban conspirando para destruir la nación.

Isaías 7:8: "Porque el jefe de Siria es Damasco, y el jefe de Damasco es un efecto (y dentro de los sesenta y cinco años, Efraim se romperá, por lo que no más personas)". Este versículo hace referencia al pacto entre Siria e Israel, que era una amenaza para Judá en el momento de Isaías.

2 Reyes 16:9: "Y el rey de Asiria lo escuchó; y el rey de Asiria sobre Damasco subió, y lo llevó, llevando a la gente a Quir y matando el cambio". Este versículo informa cómo el rey de Asiria conquistó a Damasco y llevó a su pueblo cautivo a Quir, cumpliendo así la profecía de Isaías.