30. Los purifiqué, pues, de todo lo extranjero. Y establecí, para los sacerdotes y levitas, reglamentos que determinaran la tarea de cada uno,





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina