21. Por el contrario, las llamas no consumían las carnes de los endebles animales que sobre ellas caminaban, ni fundían aquel alimento divino, parecido a la escarcha, tan fácil de derretirse.





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina