10. Gentes de Persia, de Lidia y Libia servían en tu ejército, eran tus guerreros. Colgaban en ti el yelmo y el escudo y te daban esplendor.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina