1. El año veinticinco de nuestro destierro, al comienzo del año, el día diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad, aquel día el Señor puso su mano sobre mí y me llevó,





“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina