24. Al día siguiente llegaron a Cesarea. Cornelio estaba esperándolos, y había convocado a sus parientes y amigos íntimos.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina