28. Por eso te concederé morir y ser enterrado en paz; tus ojos no verán toda la desventura que yo voy a acarrear sobre este lugar y sus habitantes". Los mensajeros llevaron la respuesta al rey.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina