10. Me acerqué a él y lo maté, porque sabía que no podría sobrevivir después de su caída. Tomé la corona que llevaba sobre su cabeza y el brazalete que tenía en su brazo y los he traído aquí, mi señor".





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina