Romanos, 9
16. Por consiguiente, no es obra del que quiere ni del que se esfuerza, sino de Dios, que tiene misericordia.
16. Por consiguiente, no es obra del que quiere ni del que se esfuerza, sino de Dios, que tiene misericordia.
“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina