20. Pero los sobrevivientes, los que no fueron exterminados por estas plagas, no renunciaron a sus prácticas; continuaron adorando a los demonios, con esos ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera, que no pueden ver, oír ni caminar.





“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina