13. exigiéndonos para ese fin, por medio de engaños y artimañas de toda clase, que decretáramos la muerte de nuestro salvador, Mardoqueo, hombre que siempre se ha portado bien con nosotros; de nuestra compañera la piadosa reina Ester y, en una palabra, de toda su raza. Y, una vez que nosotros quedáramos sin gente,





“Lembre-se de que os santos foram sempre criticados pelas pessoas deste mundo, e puseram sob seus pés o mundo e as suas máximas .” São Padre Pio de Pietrelcina