Ezequiel, 36

10. Multiplicaré en ustedes a los hombres, a toda la casa de Israel; las ciudades serán nuevamente habitadas y las ruinas reedificadas.

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Ezequiel 36 se ocupa de la futura restauración de Israel. Dios dice que traerá a la gente de regreso a su tierra y hará que la tierra sea fértil y productiva. Además, Dios promete limpiar a la gente de sus impurezas y darles un corazón nuevo. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas de este capítulo:

Isaías 44:26 - "Confirmo la palabra de mi sirviente y mantengo la promesa de mis mensajeros; que digo de Jerusalén: estará habitada; y de las ciudades de Judá: serán reconstruidos, y los restauraré; " Este versículo habla sobre la promesa de Dios de reconstruir la ciudad de Jerusalén y las ciudades de Judá, que se relaciona con el tema de la restauración en Ezequiel 36.

Joel 2:25 - "Y te restauraré los años que se comieron el saltamontes, la langosta y la pulpa y la oruga, mi gran ejército que envié contra ti". Este versículo habla sobre la restauración que Dios promete después de un tiempo de destrucción, que se relaciona con el mensaje de Ezequiel 36.

Jeremías 31:33 - "Pero este es el pacto que haré con la Casa de Israel después de esos días, dice el Señor, pondré mi ley dentro de ellos y la escribiré en sus corazones. Seré su Dios y ellos serán mi gente." Este versículo habla de la promesa de Dios de dar un nuevo corazón al pueblo de Israel, que se relaciona con el mensaje de Ezequiel 36.

Isaías 35:1 - "El desierto y la tierra seca se regocijarán; el desierto se exultará y florecerá como Narciso". Este versículo habla sobre la promesa de Dios de volver a hacer la tierra fértil, lo que se relaciona con el mensaje de Ezequiel 36.

Ezequiel 37:21 - "Y dígales, así dice el Señor Dios, he aquí, llevaré a los hijos de Israel entre las naciones a las que fueron, y los congregaré de todas las partes y los traeré a su propia tierra " Este versículo habla sobre la promesa de Dios de reunir a la gente de Israel en su tierra, lo que se relaciona con el mensaje de restauración en Ezequiel 36.