17. Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom para decirle: Déjame, por favor, pasar por tu país; pero el rey de Edom no los atendió. Los envió también al rey de Moab, quien tampoco los dejó pasar, e Israel se quedó en Cadés;





“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina