Sirácides (Eclesiástico), 24
17. Florecí como una vid, con flores agradables a la vista que dieron frutos de gloria y riqueza.
17. Florecí como una vid, con flores agradables a la vista que dieron frutos de gloria y riqueza.
“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina