pronađen 63 Rezultati za: Extranjero

  • En todo caso pondrás a tu cabeza un rey elegido por Yavé de entre tus hermanos. No pondrás a tu cabeza un rey extranjero que no sea hermano tuyo. (Deuteronomio 17, 15)

  • Al extranjero podrás prestarle con interés, pero a tu hermano, no. Con esto conseguirás que Yavé, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas, en la tierra que vas a poseer. (Deuteronomio 23, 21)

  • Las generaciones futuras, los que nacerán después de ustedes, el extranjero llegado de un país lejano, verán las plagas de esta tierra y las enfermedades con que Yavé la castigará, (Deuteronomio 29, 21)

  • David dijo a su jefe, Itaí: «No vengas con nosotros, vuelve y quédate con el nuevo rey. Eres un extranjero, (2 Samuel 15, 19)

  • También al extranjero que no es de tu pueblo Israel, el que viene de un país lejano a causa de tu gran nombre, tu mano fuerte y tu brazo fuerte, cuando venga a rezar en esta Casa, (2 Crónicas 6, 32)

  • escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, y haz cuanto te pida el extranjero, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta Casa que yo he construido. (2 Crónicas 6, 33)

  • Suprimió los altares del culto extranjero y los santuarios de lomas altos, derribó los monumentos y abatió los troncos sagrados. (2 Crónicas 14, 2)

  • Los purifiqué, pues, de todo lo extranjero, y establecí para los sacerdotes y levitas reglamentos que determinaban la tarea de cada uno, (Nehemías 13, 30)

  • esos hombres a os que se entregó el país, antes que pasara ningún extranjero. (Job 15, 19)

  • Un pueblo extranjero abre galerías en lo recóondito donde nadie ha penetrado, y se suspenden y balancean lejos de los humanos. (Job 28, 4)

  • Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios tendiendo las manos hacia un dios extranjero, (Salmos 44, 21)

  • ¿Cómo íbamos a cantar un canto del Señor en un suelo extranjero? (Salmos 137, 4)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina