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  • Ahora, pues, deja que estalle mi furor contra ellos. Voy a exterminarlos, mientras que de ti yo haré nacer un gran pueblo.» (Exodo 32, 10)

  • Josué estaba con Moisés, y al oír el griterío del pueblo dijo: «¡Hay gritos de guerra en el campamento!» (Exodo 32, 17)

  • Yavé respondió a Moisés: «Al que peca contra mí, a éste borraré yo de mi libro. (Exodo 32, 33)

  • «Dirás a los hijos de Israel: Estas son las normas para las personas que pecan por ignorancia contra uno de los mandamientos de Yavé, haciendo algo que no debe hacerse. (Levítico 4, 2)

  • Lo que sigue vale para la persona que se encuentra culpable porque podía testificar respecto de algún crimen del que fue testigo ocular o del que supo y, sin embargo, al oír las palabras de la maldición contra quien no denunciara no quiso denunciar al culpable. (Levítico 5, 1)

  • No te vengarás ni guardarás rencor contra tus paisanos, sino que más bien amarás a tu prójimo como a ti mismo, pues Yo soy Yavé. (Levítico 19, 18)

  • Yo mismo volveré mi rostro contra ese hombre y lo eliminaré de su pueblo. Pues al sacrificar su descendencia para Moloc, contaminó mi Santuario y profanó mi santo Nombre. (Levítico 20, 3)

  • volveré yo mi rostro contra ese hombre y contra toda su familia y borraré de en medio de su pueblo a él y a todos los que se venden como él a Moloc. (Levítico 20, 5)

  • Si alguno se dirige a los que consultan a los espíritus, o a los brujos para prostituirse con ellos, volveré mi rostro contra él y lo eliminaré de su pueblo. (Levítico 20, 6)

  • Me volveré contra ustedes y serán derrotados ante el enemigo; ustedes no resistirán a sus adversarios y huirán sin que nadie los persiga. (Levítico 26, 17)

  • Soltaré contra ustedes la fiera salvaje, que les devorará sus hijos, exterminará los ganados y los reducirá a unos pocos, de modo que nadie ya ande por los caminos de su país. (Levítico 26, 22)

  • Si con esto no me obedecen y siguen haciéndome la contra, (Levítico 26, 27)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina