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entonces, te sentirás feliz con Yavé. Yo te llevaré por las cumbres de la tierra, y te mantendré con la propiedad de tu padre Jacob - la boca de Yavé te lo asegura. (Isaías 58, 14)
Para Sión, en cambio, y para todos los habitantes de Jacob que hayan vuelto de sus pecados, vendrá como Redentor. (Isaías 59, 20)
Te alimentarás con la leche de las naciones y serás amamantada con la riqueza de los reyes. Y conocerás, entonces, que yo, Yavé, soy tu Redentor, y que el Campeón de Jacob es tu Salvador. (Isaías 60, 16)
Haré nacer de Jacob una descendencia y de Judá herederos para mis montañas. Les corresponderán en herencia a mis elegidos y mis servidores harán allí sus casas. (Isaías 65, 9)
Comuniquen esto a la familia de Jacob y que lo escuche la gente de Judá: (Jeremías 5, 20)
No es así Aquel que es la herencia de Jacob, pues él ha formado el universo, e Israel es su tribu heredera, su nombre es Yavé de los Ejércitos. (Jeremías 10, 16)
Derrama tu enojo sobre las naciones que no te conocen, sobre los pueblos que no han invocado tu Nombre. Mira cómo están devorando a Jacob y se lo comen hasta terminarlo. Ya le han arruinado su casa. (Jeremías 10, 25)
¡Ay! ¡Porque es grande este día y como él no habrá otro igual! Es una época de catástrofe para Jacob, de la que, sin embargo, se salvará. (Jeremías 30, 7)
No temas, pues, servidor mío, Jacob, dice Yavé, ni te asustes, Israel, porque yo acudo, desde lejos, para sacarte a ti y a tus hijos del país en que están cautivos. Jacob volverá y encontrará la paz y vivirá tranquilo, sin que nadie lo moleste. (Jeremías 30, 10)
Yavé lo asegura: Volverán los cautivos a las carpas de Jacob, pues me compadeceré de estas moradas; la ciudad será reedificada sobre sus ruinas, y el fuerte se levantará en su antiguo lugar. (Jeremías 30, 18)
Y añade Yavé: ¡Vitoreen con alegría a Jacob, aclamen a la primera de las naciones! Háganse escuchar, celébrenlo y publíquenlo: "¡Yavé ha salvado a su pueblo, al resto de Israel!" (Jeremías 31, 7)
Porque Yavé ha rescatado a Jacob y lo ha librado de las manos del poderoso. (Jeremías 31, 11)