pronađen 24 Rezultati za: Jefté

  • Jefté hizo el siguiente voto a Yavé: (Jueces 11, 30)

  • Jefté pasó al territorio de los amonitas para pelear contra ellos y Yavé le dio la victoria. (Jueces 11, 32)

  • Cuando Jefté volvió a su casa en Mizpá, su hija le salió al encuentro; tan contenta estaba de ver a su padre, que bailaba, acompañándose de su pandereta. Era la única; fuera de ella no había hijas o hijos. (Jueces 11, 34)

  • Al verla, Jefté rasgó sus ropas y gritó: «Hija mía, me has destrozado; tú has salido para desgracia mía. Pues hice a Yavé un voto insensato y ahora no puedo volverme atrás.» (Jueces 11, 35)

  • Jefté le dijo: «Vete, pues.» Y la despidió por dos meses. Ella se fue a los cerros con sus compañeras para llorar su adolescencia perdida. (Jueces 11, 38)

  • De aquí viene la costumbre que hay en Israel de que todos los años las hijas de Israel vayan a lamentarse cuatro días por la hija de Jefté, el galaadita. (Jueces 11, 40)

  • Los hombres de Efraím se juntaron, pasaron el Jordán en dirección al norte y dijeron a Jefté: «¿Por qué has ido a atacar a los amonitas y no nos has invitado a marchar contigo? Vamos a quemarte dentro de tu casa.» (Jueces 12, 1)

  • Jefté les respondió: «Teníamos un gran conflicto mi pueblo y yo con los amonitas; les pedí ayuda a ustedes y no me salvaron de sus manos. (Jueces 12, 2)

  • Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y atacó a Efraím; los de Galaad derrotaron a los de Efraím, que decían: «Ustedes los galaaditas son fugitivos de Efraím que pasaron de Efraím a Manasés.» (Jueces 12, 4)

  • Seis años Jefté mandó en Israel; luego Jefté, el Galaadita, murió y fue sepultado en su ciudad, Mizpá de Galaad. (Jueces 12, 7)

  • Entonces Yavé envió a Jerubaal, a Barac, a Jefté y a Samuel y los libró del cerco de sus enemigos y vivieron seguros. (1 Samuel 12, 11)

  • ¿Qué más diré? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, lo mismo que de Samuel y de los profetas. (Carta a los Hebreos 11, 32)


A firmeza de todo o edifício depende da fundação e do teto! São Padre Pio de Pietrelcina