pronađen 496 Rezultati za: Libro de Reyes
Jesús les dijo: «Los reyes de las naciones las gobiernan como dueños, y los mismos que las oprimen se hacen llamar bienhechores. (Evangelio según San Lucas 22, 25)
Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están escritas en este libro. (Evangelio según San Juan 20, 30)
En mi primer libro, querido Teófilo, hablé de todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar. (Hecho de los Apóstoles 1, 1)
Al final del libro, Jesús, lleno del Espíritu Santo, daba instrucciones a los apóstoles que había elegido y era llevado al cielo. (Hecho de los Apóstoles 1, 2)
Esto estaba escrito en el libro de los Salmos: Que su morada quede desierta y que nadie habite en ella. Pero también está escrito: Que otro ocupe su cargo. (Hecho de los Apóstoles 1, 20)
Pero Dios lo libró de los dolores de la muerte y lo resucitó, pues no era posible que quedase bajo el poder de la muerte. (Hecho de los Apóstoles 2, 24)
Se han aliado los reyes de la tierra y los príncipes se han unido contra el Señor y contra su Mesías. (Hecho de los Apóstoles 4, 26)
y lo libró de todas sus tribulaciones; le concedió sabiduría y lo hizo grato a los ojos de Faraón, rey de Egipto, quien lo nombró gobernador de Egipto y de toda su casa. (Hecho de los Apóstoles 7, 10)
Entonces Dios se apartó de ellos y dejó que adoraran a los astros del cielo, como está escrito en el Libro de los Profetas: "¿Acaso me ofrecieron ustedes víctimas y sacrificios durante cuarenta años en el desierto? (Hecho de los Apóstoles 7, 42)
El Señor le contestó: «Vete. Este hombre es para mí un instrumento excepcional, y llevará mi Nombre a las naciones paganas y a sus reyes, así como al pueblo de Israel. (Hecho de los Apóstoles 9, 15)
Pero, ¿qué hacer? Ustedes ya son ricos, están satisfechos, y se sienten reyes sin nosotros. ¡Ojalá fueran reyes! Así nos darían un asiento a su lado. (1º Carta a los Corintios 4, 8)
El nos libró de ese peligro de muerte tan grande, y nos seguirá protegiendo. En él hemos puesto nuestra esperanza y seguirá amparándonos, (2º Carta a los Corintios 1, 10)