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  • Esaú le tomó odio a Jacob, a causa de la bendición que le había dado su padre, y se decía: «Se acercan ya los días de luto por mi padre, y entonces mataré a mi hermano Jacob.» (Génesis 27, 41)

  • y les dijeron:«Que Yavé examine y juzgue. Por culpa de ustedes Faraón y sus capataces nos han tomado odio. Ustedes han puesto la espada en sus manos para matarnos.» (Exodo 5, 21)

  • No seguirán las costumbres de la gente que voy a arrojar delante de ustedes, pues a causa de esas mismas prácticas les tomé odio. (Levítico 20, 23)

  • Si alguien ha herido a su víctima por odio, o le ha lanzado algo con maldad, causándole la muerte, (Números 35, 20)

  • Mira en qué caso el que dio muerte a un hombre podrá refugiarse allí para salvarse: si hirió involuntariamente a su hermano al que no tenía odio. (Deuteronomio 19, 4)

  • Pero si un hombre, por odio a su prójimo, le tiende una emboscada, se lanza sobre él y lo hiere de muerte, si luego el agresor huye a una de estas ciudades, (Deuteronomio 19, 11)

  • Y si llega el que quiere vengar al muerto, no lo entregarán en sus manos, por cuanto mató a su prójimo sin quererlo ni tenerle odio. (Josué 20, 5)

  • Jefté respondió a los dirigentes de Galaad: «¿No son ustedes los que por odio me echaron de la casa de mi padre? ¿Por qué acuden a mí ahora que están en aprieto?» (Jueces 11, 7)

  • Después Amnón le tomó tanto odio que sobrepasó el amor con que la había amado y le dijo: «Levántate, márchate.» (2 Samuel 13, 15)

  • En cuanto a Absalón, no le dijo ninguna cosa a Amnón, pero le tomó odio por haber violado a su hermana Tamar. (2 Samuel 13, 22)

  • El rey de Israel le dijo: «Sí, hay un hombre por quien podríamos consultar a Yavé, pero yo le tengo odio, pues nunca me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Jimlá.» Josafat lo reprendió: «No hables de esta manera.» (2 Crónicas 18, 7)

  • Mira cuántos son mis enemigos y con qué odio violento me persiguen. (Salmos 25, 19)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina