pronađen 955 Rezultati za: Promesas de Jerusalén
Como yo me perdía en esos asuntos, le pregunté si quería ir a Jerusalén para ser juzgado allí sobre esas cosas. (Hecho de los Apóstoles 25, 20)
y dijo: «Rey Agripa, y todos los presentes: aquí tienen al hombre contra quien toda la comunidad de los judíos ha venido a reclamarme, tanto en Jerusalén como aquí, pidiendo a gritos que no lo dejara con vida. (Hecho de los Apóstoles 25, 24)
Todos los judíos saben cómo he vivido desde mi juventud, tanto en la comunidad judía como en Jerusalén. (Hecho de los Apóstoles 26, 4)
Así lo hice en Jerusalén con los poderes que me dieron los jefes de los sacerdotes: hice encarcelar a muchos creyentes, y cuando eran condenados a muerte, yo di también mi voto. (Hecho de los Apóstoles 26, 10)
Muy por el contrario, empecé a predicar, primero a la gente de Damasco, luego en Jerusalén y en el país de los judíos, y por último en las naciones paganas. Y les pedía que se arrepintieran y se convirtieran a Dios, mostrando en adelante los frutos de una verdadera conversión. (Hecho de los Apóstoles 26, 20)
Tres días después Pablo convocó a los judíos principales. Una vez reunidos, les dijo: «Hermanos, acaban de traerme preso de Jerusalén. He sido entregado a los romanos sin que yo haya ofendido a las autoridades de nuestro pueblo ni las tradiciones de nuestros padres. (Hecho de los Apóstoles 28, 17)
Ellos son los israelitas, a quienes Dios adoptó; entre ellos descansa su gloria con las alianzas, el don de la Ley, el culto y las promesas de Dios. (Carta a los Romanos 9, 4)
No quiero hablar de un fracaso de las promesas de Dios, porque no todos los israelitas son Israel, (Carta a los Romanos 9, 6)
Entiéndanme: Cristo se puso al servicio del pueblo judío para cumplir las promesas hechas a sus padres, porque Dios es fiel. (Carta a los Romanos 15, 8)
con cantidad de milagros y prodigios, y el poder del Espíritu Santo. Desde Jerusalén hasta el Ilírico, por todas partes he esparcido la Buena Nueva de Cristo. (Carta a los Romanos 15, 19)
Ahora me dirijo a Jerusalén para asistir a esa comunidad, (Carta a los Romanos 15, 25)
pues en Macedonia y Acaya les pareció bien hacer una colecta en favor de los pobres de la comunidad de Jerusalén. (Carta a los Romanos 15, 26)