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  • Las mujeres salieron corriendo del sepulcro. Estaban asustadas y asombradas, y no dijeron nada a nadie por el miedo que tenían. (Evangelio según San Marcos 16, 8)

  • Ellos, por su parte, salieron a predicar en todos los lugares. El Señor actuaba con ellos y confirmaba el mensaje con los milagros que lo acompañaban. (Evangelio según San Marcos 16, 20)

  • También salieron demonios de varias personas; ellos gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios», pero él los amenazaba y no les permitía decir que él era el Mesías, porque lo sabían. (Evangelio según San Lucas 4, 41)

  • Los mensajeros se fueron, y Jesús empezó a hablar de Juan a la gente: «Cuando ustedes salieron al desierto, ¿qué iban a ver? ¿Una caña agitada por el viento? (Evangelio según San Lucas 7, 24)

  • Salieron, pues, del hombre para entrar en los cerdos, y toda la piara se precipitó de lo alto del acantilado, ahogándose en el lago. (Evangelio según San Lucas 8, 33)

  • y al entrar en un pueblo, le salieron al encuentro diez leprosos. Se detuvieron a cierta distancia (Evangelio según San Lucas 17, 12)

  • Salieron, pues, del pueblo y fueron a verlo. (Evangelio según San Juan 4, 30)

  • Entonces tomaron ramas de palmera y salieron a su encuentro gritando: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Rey de Israel!» (Evangelio según San Juan 12, 13)

  • Pedro y el otro discípulo salieron para el sepulcro. (Evangelio según San Juan 20, 3)

  • Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar.» Contestaron: «Vamos también nosotros contigo.» Salieron, pues, y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. (Evangelio según San Juan 21, 3)

  • Los apóstoles salieron del Consejo muy contentos por haber sido considerados dignos de sufrir por el Nombre de Jesús. (Hecho de los Apóstoles 5, 41)

  • Apenas salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y el etíope no volvió a verlo. Prosiguió, pues, su camino con el corazón lleno de gozo. (Hecho de los Apóstoles 8, 39)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina