pronađen 202 Rezultati za: Tiendas del Encuentro

  • Allí fijaron sus tiendas desde Betjesimot hasta Abel-hasitim, en las estepas de los moabitas. (Números 33, 49)

  • Y empezaron a murmurar en sus tiendas: Yavé no nos quiere; nos hizo salir de Egipto para entregarnos a los amorreos, que acabarán con todos nosotros. (Deuteronomio 1, 27)

  • Entonces los amorreos, habitantes de aquellos cerros, les salieron al encuentro, los persiguieron como hacen las abejas y los acuchillaron desde Seir hasta Jorma. (Deuteronomio 1, 44)

  • Dando una larga vuelta, tomamos el camino de Basán. Og, rey de Basán vino a nuestro encuentro con todo su pueblo y nos presentó batalla en Edreí. (Deuteronomio 3, 1)

  • Ahora les vas a decir que vuelvan a sus tiendas de campaña. (Deuteronomio 5, 30)

  • lo que hizo con Datán y Abirón, hijos de Eliab, de la tribu de Rubén, cuando la tierra abrió su boca y los tragó en medio de todo Israel, con toda su familia, sus tiendas y sus seguidores. (Deuteronomio 11, 6)

  • Celebrarás también la fiesta de las Tiendas durante siete días, después de recoger el producto de tu era y de tu lagar. (Deuteronomio 16, 13)

  • Porque, cuando ustedes venían de Egipto, no les salieron al encuentro con pan y agua sino que trajeron a Balaam, hijo de Beor de la ciudad de Petar en Mesopotamia, para que los maldijera. (Deuteronomio 23, 5)

  • Vino a tu encuentro en el camino y atacó por la espalda a todos los que iban agotados en la retaguardia, cuando tú estabas cansado y extenuado; no tuvo temor a Dios. (Deuteronomio 25, 18)

  • Yavé hará huir ante ti a los enemigos que te ataquen; por un camino saldrán a tu encuentro y por siete huirán de ti. (Deuteronomio 28, 7)

  • Llegamos luego a este lugar, donde nos salieron al encuentro Sijón, rey de Jesbón, y Og, rey de Basán, para pelear contra nosotros, (Deuteronomio 29, 6)

  • dándoles esta orden: «Cada siete años, en el año de la Remisión, en el tiempo fijado que es la fiesta de las Tiendas, (Deuteronomio 31, 10)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina