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  • No sabía que arriba de la pared había gorriones, los cuales dejaron caer sus excrementos que, calientes, cayeron sobre mis ojos, causándome manchas blancas. Fui a los médicos para que me sanaran, pero mientras más remedios me ponían, menos veía, hasta que quedé ciego. Estuve cuatro años sin ver. Mis hermanos estaban afligidos; Ajikar se preocupó de mi alimentación durante dos años, hasta que se trasladó a Elimaida. (Tobías 2, 10)

  • Se sacó sus vestidos de viuda para reanimar a los afligidos de Israel; adornó su rostro, (Judit 16, 7)

  • Ensalza a los humildes y alivia a los afligidos, (Job 5, 11)

  • Abre la boca y juzga a los pobres y afligidos con verdadera justicia. (Proverbios 31, 9)

  • Inspirado de manera extraordinaria, Isaías vio lo que iba a pasar y dejó un mensaje a los afligidos de Sión. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 24)

  • ¡Cielos, griten de alegría! ¡Tierra, alégrate! Cerros, salten y canten de gozo porque Yavé ha consolado a su pueblo y se ha compadecido de los afligidos. (Isaías 49, 13)

  • y darles (a todos los afligidos de Sión) una corona en vez de ceniza, el aceite de los días alegres, en lugar de ropa de luto, cantos de felicidad, en vez de pesimismo. Les pondrán el sobrenombre de «Encinas de Justicia», «los que Yavé plantó para su gloria.» (Isaías 61, 3)

  • Por ti se rapan la cabeza y se visten de sacos; muy afligidos, dejarán oír sus lamentos, una amarga lamentación. (Ezequiel 27, 31)

  • Se sintieron profundamente afligidos, y uno a uno comenzaron a preguntarle: «¿Seré yo, Señor?» (Evangelio según San Mateo 26, 22)

  • Todos estaban muy afligidos porque les había dicho que no le volverían a ver. Después lo acompañaron hasta el barco. (Hecho de los Apóstoles 20, 38)

  • Por esto estén alegres, aunque por un tiempo tengan que ser afligidos con varias pruebas. (1º Carta de Pedro 1, 6)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina