pronađen 503 Rezultati za: columna de fuego

  • El segundo cordero lo ofrecerás por la tarde: lo ofrecerás con la misma oblación y libación que el de la mañana, como sacrificio por el fuego de calmante aroma para Yavé. (Números 28, 8)

  • y una décima de flor de harina amasada con aceite por cada cordero: es un holocausto de calmante aroma, sacrificio por el fuego para Yavé. (Números 28, 13)

  • Así harán durante los siete días de la fiesta. Es un alimento, un sacrificio por el fuego de calmante aroma para Yavé; lo ofrecerán además del holocausto perpetuo y de su libación. (Números 28, 24)

  • Ustedes harán esto además del holocausto mensual y de su oblación, del holocausto perpetuo y de su oblación y sus libaciones, según la norma establecida; esos son sacrificios por el fuego de calmante aroma para Yavé. (Números 29, 6)

  • Ofrecerán un novillo, un carnero, y siete corderos de un año sin, en holocausto, como sacrificio por el fuego de calmante aroma para Yavé, (Números 29, 36)

  • Prendieron fuego a todos los pueblos en que vivían y a todos sus campamentos. (Números 31, 10)

  • el oro, la plata, el cobre, el hierro, el estaño y el plomo, todo lo que puede pasar por el fuego, lo purificarán con el fuego y el agua de purificación. (Números 31, 22)

  • Y todo lo que no pueda pasar por el fuego lo pasarán por agua. (Números 31, 23)

  • El, sin embargo, era quien había ido delante de ustedes durante todo el viaje, enseñándoles los sitios donde debían levantar su campamento, señalándoles el camino, de noche con la columna de fuego y de día con la nube. (Deuteronomio 1, 33)

  • Yavé les habló entonces en medio del fuego. Ustedes oyeron el rumor de las palabras, pero no vieron figura alguna, sólo oían una voz. (Deuteronomio 4, 12)

  • Mediten bien lo que van a hacer. Ustedes no vieron figura alguna el día en que Yavé les habló en el monte Horeb en medio del fuego. (Deuteronomio 4, 15)

  • Sepas que Yavé, tu Dios, es un fuego devorador, un Dios celoso. (Deuteronomio 4, 24)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina