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  • Fue entonces a ver al rey y le dijo: «En medio de la gran población de todas tus provincias vive un pueblo que no se junta con nadie. Sus leyes son totalmente distintas a las demás y no toman en cuenta tus decretos. Por ningún motivo te conviene dejarlos tranquilos. (Ester 3, 8)

  • ¿Conoces acaso las leyes de los cielos y haces que sus decretos se cumplan en la tierra? (Job 38, 33)

  • Como los altos montes es tu justicia, y tus decretos como los abismos; Señor, tú ayudas a hombres y animales: (Salmos 36, 7)

  • No encerré tus decretos en el fondo de mi corazón: proclamé tu fidelidad y tu socorro. No oculté tu amor y tu verdad en la gran asamblea. (Salmos 40, 11)

  • Verdad y justicia son obra de sus manos, todos sus decretos son seguros, (Salmos 111, 7)

  • Vino a Tolemaida, donde los habitantes estaban disgustados por aquel acuerdo, pues ellos mismos habían inspirado los decretos que se suprimían. (2 Macabeos 13, 25)

  • «Pues yo, como soberano sobre la tierra, mando tomar las armas y ejecutar los decretos del rey.» Pero no pudo llevar a cabo sus propósitos impíos. (2 Macabeos 15, 5)

  • porque podrían embriagarse, olvidarse de los decretos, y violar los derechos de los pobres. (Proverbios 31, 5)

  • Concluyó con ellos una Alianza eterna y les enseñó sus decretos. (Sirácides (Eclesiástico) 17, 12)

  • Le permitió que oyera su voz y lo introdujo en la nube oscura. Le habló cara a cara y le dio los mandamientos, esa ley revelada, ley de vida, para que enseñara la Alianza a Jacob, y sus decretos a Israel. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 5)

  • ¡Pobres de aquellos que dictan leyes injustas y ponen por escrito los decretos de la maldad. (Isaías 10, 1)

  • Tú observas los decretos de Omri y todas las normas de la familia de Ajab, pero si tú sigues sus ejemplos, yo te pondré de ejemplo terrible, para que se burlen de tus habitantes y para que seas despreciada por todo el mundo. (Miqueas 6, 16)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina