pronađen 946 Rezultati za: descendencia de David

  • y éste le mandó a decir: «El rey no quiere dote para su hija, sino que quiere los prepucios de cien incircuncisos filisteos, para vengarse así de sus enemigos.» Pero la intención de Saúl era hacer caer a David en manos de los filisteos. (1 Samuel 18, 25)

  • Los servidores comunicaron a David estas palabras y a él le pareció que este asunto de ser yerno del rey no era tan difícil. Aún no se había cumplido el plazo, (1 Samuel 18, 26)

  • cuando David partió con sus hombres y mató a doscientos filisteos; entregó sus prepucios al rey y Saúl tuvo que darle a su hija Micol por esposa. (1 Samuel 18, 27)

  • Saúl temía a David porque se daba cuenta de que Yavé estaba con él. Pero su hija Micol quería a David. (1 Samuel 18, 28)

  • El temor de Saúl hacia David aumentó, y fue su enemigo hasta el fin de su vida. (1 Samuel 18, 29)

  • Cada vez que salían los jefes de los filisteos a campaña, David obtenía más éxito contra ellos que todos los demás oficiales de Saúl, de tal manera que su nombre se hizo cada vez más famoso. (1 Samuel 18, 30)

  • Saúl comunicó a su hijo Jonatán y a todos sus servidores su decisión de dar muerte a David; pero Jonatán, que quería mucho a David, se lo fue a decir a éste: (1 Samuel 19, 1)

  • Habló entonces Jonatán a su padre en favor de David y le dijo: «No hagas daño, rey, a tu siervo David, porque él no te ha hecho ningún daño, sino grandes servicios. (1 Samuel 19, 4)

  • Arriesgó su vida para matar al filisteo, con lo cual Yavé dio una gran victoria a todo Israel. Tú lo viste y te alegraste. Entonces, ¿por qué quieres pecar contra sangre inocente matando a David sin motivo?» (1 Samuel 19, 5)

  • Llamó entonces Jonatán a David, y le contó todo esto. Luego lo presentó a Saúl, para que volviera a su servicio como antes. (1 Samuel 19, 7)

  • Reanudada la guerra, partió David para pelear contra los filisteos y los derrotó completamente, obligándolos a huir. (1 Samuel 19, 8)

  • Pero un espíritu malo enviado por Yavé se apoderó nuevamente de Saúl. Estaba sentado en su casa, con su lanza en la mano, y David tocaba la cítara. (1 Samuel 19, 9)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina