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  • Habrá seis días trabajados, y el séptimo día será sábado de descanso con una asamblea santa: no se hará ningún trabajo. El sábado será para Yavé en todos los lugares donde vivan. (Levítico 23, 3)

  • y el sacerdote la mecerá ante Yavé para que a ustedes los bendiga. El gesto de mecerla se hará el día después del sábado. (Levítico 23, 11)

  • El que cause alguna lesión a su prójimo, como él hizo, así se le hará: (Levítico 24, 19)

  • fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se hará la misma lesión que él ha causado al otro. (Levítico 24, 20)

  • A los que queden de ustedes les infundiré pánico en sus corazones en el país de sus enemigos; el ruido de una hoja que cae los hará huir como quien huye de la espada y caerán sin que nadie los persiga. (Levítico 26, 36)

  • El sacerdote le pondrá precio según a él le parece bueno o malo, y según lo que el sacerdote diga, así se hará. (Levítico 27, 12)

  • Toda tasación se hará con siclos del santuario: veinte óbolos por un siclo. (Levítico 27, 25)

  • El sacerdote hará que se acerque la mujer ante Yavé, (Números 5, 16)

  • aunque sea de su padre o madre, de su hermano o hermana; en pocas palabras, si a ésos les toca morir, no se hará impuro por cuanto tiene en su cabeza la consagración a su Dios. (Números 6, 7)

  • Ofrecerá a Yavé el carnero del sacrificio de comunión junto con el canastillo de panes sin levadura y, luego, hará la ofrenda y la libación. (Números 6, 17)

  • La norma será la misma para toda la comunidad, tanto para ustedes como para el extranjero que vive con ustedes: será una ley perpetua para sus descendientes. Yavé no hará diferencias entre el extranjero y ustedes. (Números 15, 15)

  • El sacerdote hará entonces la expiación por toda la comunidad de los israelitas y quedará perdonada. Pues habían actuado sin darse cuenta, y por su falta presentaron una ofrenda, un sacrificio por el fuego en honor de Yavé, así como también un sacrificio expiatorio delante de Yavé. (Números 15, 25)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina