pronađen 91 Rezultati za: lista de siervos del rey

  • Queden confundidos los que maltratan a tus siervos, sean cubiertos de vergüenza, privados de todo su poder; (Daniel 3, 44)

  • Los siervos del rey, que los habían arrojado al horno, no cesaban de atizar el fuego con petróleo, alquitrán, estopa y sarmientos, (Daniel 3, 46)

  • Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago que envió a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, desobedecieron la orden del rey y entregaron su cuerpo al fuego antes que servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios (Daniel 3, 95)

  • No escuchamos a tus siervos los profetas, que, en nombre tuyo, hablaban a nuestros reyes, a nuestros jefes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país (Daniel 9, 6)

  • Dejen que hablen, y que juren en falso, y que celebren convenios, pues su sentencia está lista para florecer, como hace la hierba mala entre los surcos de los sembrados. (Oseas 10, 4)

  • Hasta sobre los siervos y las sirvientas derramaré mi Espíritu en aquellos días. (Joel 3, 2)

  • Jesús mandó a sus discípulos que tuvieran lista una barca, para que toda aquella gente no lo atropellase. (Evangelio según San Marcos 3, 9)

  • El les mostrará en el piso superior una pieza grande, amueblada y ya lista. Preparen todo para nosotros.» (Evangelio según San Marcos 14, 15)

  • En aquellos días derramaré mi Espíritu sobre mis siervos y mis siervas y ellos profetizarán. (Hecho de los Apóstoles 2, 18)

  • Y ahora, Señor, fíjate en sus amenazas; concede a tus siervos anunciar tu Palabra con toda valentía, (Hecho de los Apóstoles 4, 29)

  • Empezó a seguirnos y a Pablo gritando: «Estos hombres son siervos del Dios Altísimo y les anuncian el camino de la salvación.» (Hecho de los Apóstoles 16, 17)

  • Siervos, obedezcan a sus patrones de este mundo con respeto y responsabilidad, con corazón sincero, como quien obedece a Cristo. (Carta a los Efesios 6, 5)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina