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  • Produzcan los frutos de una sincera conversión, pues no es el momento de decir: "Nosotros somos hijos de Abraham". Yo les aseguro que Dios puede sacar hijos de Abraham también de estas piedras. (Evangelio según San Lucas 3, 8)

  • En verdad les digo que había muchas viudas en Israel en tiempos de Elías, cuando el cielo retuvo la lluvia durante tres años y medio y un gran hambre asoló a todo el país. (Evangelio según San Lucas 4, 25)

  • Pero el día que salió Lot de Sodoma, cayó desde el cielo una lluvia de fuego y azufre que los mató a todos. (Evangelio según San Lucas 17, 29)

  • Pero él contestó: «Yo les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras.» (Evangelio según San Lucas 19, 40)

  • Como algunos estaban hablando del Templo, con sus hermosas piedras y los adornos que le habían sido regalados, (Evangelio según San Lucas 21, 5)

  • Entonces tomaron piedras para lanzárselas, pero Jesús se ocultó y salió del Templo. (Evangelio según San Juan 8, 59)

  • Entonces los judíos tomaron de nuevo piedras para tirárselas. (Evangelio según San Juan 10, 31)

  • Entonces empezaron a gritar, se taparon los oídos y todos a una se lanzaron contra él. Lo empujaron fuera de la ciudad y empezaron a tirarle piedras. (Hecho de los Apóstoles 7, 57)

  • Sobre este cimiento se puede construir con oro, plata, piedras preciosas, madera, caña o paja. (1º Carta a los Corintios 3, 12)

  • después oró de nuevo y el cielo dio lluvia y la tierra produjo frutos. (Carta de Santiago 5, 18)

  • También ustedes, como piedras vivas, edifíquense y pasen a ser un Templo espiritual, una comunidad santa de sacerdotes que ofrecen sacrificios espirituales agradables a Dios, por medio de Cristo Jesús. (1º Carta de Pedro 2, 5)

  • Echan a perder las comidas de fraternidad que celebran ustedes, pues no piensan más que en sí mismos y comen desvergonzadamente. Son como nubes arrastradas por el viento que no dan lluvia, árboles que no dan fruto al final del otoño y que ya están muertos antes de ser arrancados de raíz; (2º Carta de Pedro 3, 12)


“A oração é a efusão de nosso coração no de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina