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  • la espada, que les da miedo, los alcanzará también por allá, y el hambre, que les preocupa, les irá pisando los talones; y allí, en Egipto, ustedes morirán. (Jeremías 42, 16)

  • Hasta ahora no han sentido ningún arrepentimiento ni miedo, ni se han portado según la Ley y los mandamientos, que yo había publicado delante de ustedes y de sus padres. (Jeremías 44, 10)

  • No tengas miedo, Jacoob, mi servidor; no te asustes, Israel. Pues yo estoy aquí para sacarte de tierras lejanas y a tus hijos del país donde están cautivos. Jacob recobrará la calma y vivirá tranquilo, sin que nadie lo moleste. (Jeremías 46, 27)

  • Contra Moab. Así habla Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel: Pobre de Nebo, que ha sido saqueada, Quiriatayim ha sido tomada, la confusión y el miedo reinan en la ciudadela: (Jeremías 48, 1)

  • El miedo que metías y la soberbia de tu corazón te han engañado a ti que vives en el hueco de La Roca, y te cuelgas de la cumbre más alta. Aunque hagas tu nido tan alto como un águila, desde allí te tiraré abajo, dice Yavé. (Jeremías 49, 16)

  • Así, pues, escuchen lo que ha decidido hacer Yavé con Babilonia y lo que piensa realizar en el país de los caldeos: sí, hasta las ovejas más pequeñas serán llevadas a la rastra, y, al verlo, el rebaño temblará de miedo. (Jeremías 50, 45)

  • Y tú, hijo de hombre, no les temas, no temas a sus amenazas; serán para ti como zarzas u ortigas, como un escorpión donde te hayas sentado. No tengas miedo de sus palabras, no temas ante ellos: ¡no son más que una raza de rebeldes! (Ezequiel 2, 6)

  • Haré de tu frente un diamante, más duro que la roca; no les temerás, no tendrás miedo de ellos, porque son sólo una raza de rebeldes". (Ezequiel 3, 9)

  • Imagínate que en ese país suelto animales feroces para que quede sin hijos y se convierta en un desierto, el que nadie podrá atravesar por miedo a esas fieras salvajes. (Ezequiel 14, 15)

  • Por esta grandeza que le dio, todos los pueblos de distintos idiomas temblaban de miedo en su presencia. Hacía desaparecer o dejaba con vida a quien se le antojaba, daba poder o se lo quitaba a quien quería. (Daniel 5, 19)

  • Así trataban a las mujeres de Israel, y ellas por miedo condescendían con ustedes. Pero una hija de Judá no soportó la maldad de ustedes. (Daniel 13, 57)

  • Los marineros tuvieron miedo y cada uno invocaba a su Dios. Después echaron la carga del barco al mar para sacarle peso. Jonás, mientras tanto, había bajado al fondo del barco para tomar descanso, y dormía profundamente. (Jonás 1, 5)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina