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  • Pero como ustedes mismos pueden ver y oír, ese Pablo ha cambiado la mente de muchísimas personas, no sólo en Efeso, sino en casi toda la provincia de Asia. Según él, los dioses no pueden salir de manos humanas. (Hecho de los Apóstoles 19, 26)

  • Al oír esto, nosotros y los de Cesarea rogamos a Pablo que no subiera a Jerusalén. (Hecho de los Apóstoles 21, 12)

  • Y han oído decir que enseñas a todos los judíos del mundo pagano que se aparten de Moisés, que no circunciden a sus hijos ni vivan según las tradiciones judías. (Hecho de los Apóstoles 21, 21)

  • y tú los vas a apadrinar. Te purificarás con ellos y pagarás los gastos cuando se hagan cortar el pelo. Así verán todos que es falso lo que han oído decir de ti y que, por el contrario, tú también cumples la Ley. (Hecho de los Apóstoles 21, 24)

  • Al oír que les hablaba en hebreo, se calmó más aún su agitación. Y Pablo continuó: (Hecho de los Apóstoles 22, 2)

  • Caí al suelo y oí una voz que me decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» (Hecho de los Apóstoles 22, 7)

  • Entonces agregó: «El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, veas al Justo y oigas su propia voz. (Hecho de los Apóstoles 22, 14)

  • Con todo lo que has visto y oído, serás en adelante su testigo ante las personas más diversas. (Hecho de los Apóstoles 22, 15)

  • Hasta este punto la gente estuvo escuchando a Pablo, pero al oír estas últimas palabras, se pusieron a gritar: «¡Mata a ese hombre! ¡No tiene derecho a vivir!» (Hecho de los Apóstoles 22, 22)

  • Al oír esto, el oficial fue donde el comandante y le dijo: «¡Qué ibas a hacer! Ese hombre es un ciudadano romano.» (Hecho de los Apóstoles 22, 26)

  • le dijo: «Te oiré cuando estén presentes tus acusadores.» Y mandó que lo custodiaran en el palacio de Herodes. (Hecho de los Apóstoles 23, 35)

  • Agripa le dijo: «Me gustaría escuchar a ese hombre.» Festo le contestó: «Mañana lo oirás.» (Hecho de los Apóstoles 25, 22)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina