pronađen 257 Rezultati za: paso del Mar Rojo

  • y las pasó por los anillos: estaban a los dos lados del altar para transportarlo. Hizo el altar hueco, de paneles. (Exodo 38, 7)

  • el toldo de pieles de carnero teñidas de rojo, el toldo de cueros finos y el velo protector; (Exodo 39, 34)

  • Toda la comunidad se puso a lanzar gritos lastimeros, y el pueblo pasó toda la noche llorando. (Números 14, 1)

  • Esto pasó en las agua de Meriba; los Israelitas protestaron contra Yavé y él les manifestó su santidad. (Números 20, 13)

  • Estalló la cólera de Dios contra Balaam cuando todavía estaba en camino. El ángel de Yavé se paró en medio del caminmo para cerrarle el paso, mientras venía en su burra acompañado de dos sirvientes. (Números 22, 22)

  • La burra vio al ángel de Yavé que le impedía el paso, con su espada desenvainada en la mano derecha. La burra dio un rodeo por el campo y Balaam le pegó a la burra para hacerla volver al camino. (Números 22, 23)

  • La burra vio al ángel de Yavé; pasó a rozar el muro, aplastando el pie de Balaam contra la cerca, y Balaam le pegó de nuevo. (Números 22, 25)

  • El ángel de Yavé le dijo: "¿Por qué le pegaste tres veces a tu burra? Yo vine para impedirte el paso, porque este viaje no me gusta. (Números 22, 32)

  • Balaam le dijo al ángel de Yavé: "A lo mejor pequé, pero no sabía que tú estabas impidiéndome el paso. Si esto no te gusta, me vuelvo a mi casa". (Números 22, 34)

  • Pero ustedes vuelvan atrás y partan hacia el desierto del Mar Rojo . (Deuteronomio 1, 40)

  • Luego volvimos al desierto por el camino del Mar Rojo, como Yavé me había ordenado, y anduvimos largo tiempo rodeando los cerros de Seir. (Deuteronomio 2, 1)

  • Pasamos, pues, el torrente de Zared. El tiempo que estuvimos caminando desde Cadés Barné hasta el paso del torrente fue de treinta y ocho años, hasta que hubo desaparecido del pueblo toda la generación de los hombres aptos para la guerra, como les había dicho Yavé. (Deuteronomio 2, 14)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina