pronađen 79 Rezultati za: patio

  • Me hizo entrar al patio interior; allí se habían dispuesto treinta salas y un embaldosado daba la vuelta al patio. (Ezequiel 40, 17)

  • midió el largo y ancho del pórtico que daba al patio exterior. (Ezequiel 40, 20)

  • El patio interior tenía una puerta hacia el pórtico del norte, semejante a la que miraba al este; el hombre midió de una puerta a la otra y registró cien codos. (Ezequiel 40, 23)

  • El patio interior tenía una puerta que daba al pórtico del sur; medía cien codos de una puerta a otra. (Ezequiel 40, 27)

  • Me llevó al patio interior por el pórtico sur y midió ese pórtico; tenía las mismas dimensiones que los otros. (Ezequiel 40, 28)

  • Su vestíbulo daba al patio exterior, palmas adornaban sus pilares y se llegaba a él por ocho escalones. (Ezequiel 40, 31)

  • Me llevó al patio interior por el este, y midió el pórtico; tenía las mismas dimensiones que los otros. (Ezequiel 40, 32)

  • Su vestíbulo daba al patio exterior, palmas adornaban sus pilares de un extremo al otro y se llegaba a él por ocho escalones. (Ezequiel 40, 34)

  • Su vestíbulo daba al patio exterior, palmas adornaban sus pilares de un extremo al otro y se llegaba a él por ocho peldaños. (Ezequiel 40, 37)

  • Me hizo entrar en el patio interior. Había allí dos salas, una en dirección a la fachada sur del pórtico norte, y otra hacia la fachada norte del pórtico sur. (Ezequiel 40, 44)

  • Midió el patio, era cuadrado, de cien codos de largo y cien de ancho. El altar estaba frente a la Casa. (Ezequiel 40, 47)

  • El edificio estaba al oeste del patio, de frente al mismo. Tenía setenta codos de ancho y noventa de largo; el muro del edificio tenía cinco codos de espesor en toda su extensión. (Ezequiel 41, 12)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina