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  • Mató a sus animales y preparó sus vinos, ya había puesto su mesa. (Proverbios 9, 2)

  • Me puse a detestar todas las molestias que me había dado bajo el sol, puesto que debo dejarlo todo al que vendrá después de mí. (Eclesiastés (Qohelet) 2, 18)

  • Todo lo que él hace llega a su tiempo; pero ha puesto la eternidad en sus corazones, y el hombre no encuentra el sentido de la obra divina desde el principio al fin. (Eclesiastés (Qohelet) 3, 11)

  • Si el príncipe monta en cólera contra ti, no dejes tu puesto, la calma evitará muchas desgracias. (Eclesiastés (Qohelet) 10, 4)

  • los declarará culpables bruscamente, de manera terrible. Porque rigurosa es la sentencia para la gente que tiene un alto puesto. (Sabiduría 6, 5)

  • Supe, pues, todo lo que está oculto y todo lo que se ve, puesto que la sabiduría que lo ha hecho todo me lo enseñaba. (Sabiduría 7, 21)

  • Puesto que tú eres perfectamente justo, lo haces todo con justicia: harías un mal uso de tu poder si condenaras al que no merece ser castigado. (Sabiduría 12, 15)

  • Ella estaba en su puesto desde antes del tiempo; anidó en medio de los hombres, permanecerá fiel a su descendencia. (Sirácides (Eclesiástico) 1, 15)

  • No te quedes callado cuando tengas que hablar; no escondas por un orgullo mal puesto, lo que te dicta tu sabiduría. (Sirácides (Eclesiástico) 4, 23)

  • No pidas al Señor un puesto de dirigente, ni al rey un puesto de honor. (Sirácides (Eclesiástico) 7, 4)

  • No aspires a tener un puesto de responsabilidad si no eres lo bastante fuerte para arrancar de raíz la injusticia: te dejarás intimidar por un poderoso y perderás tu integridad. (Sirácides (Eclesiástico) 7, 6)

  • No lo pongas a tu lado: podría echarte y ocupar tu lugar. No lo invites a sentarse a tu derecha: podría ambicionar tu puesto; entonces comprenderías que yo tenía razón y te pesaría no haberme escuchado. (Sirácides (Eclesiástico) 12, 12)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina