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  • Extranjeros, los sepultureros de los pueblos, lo cortaron: lo echaron abajo en la montaña y sus ramas cayeron en todos los valles. Se quebraron en el fondo de los barrancos; todos los pueblos de la tierra se retiraron de su sombra y lo abandonaron. (Ezequiel 31, 12)

  • Los que vivían bajo su sombra en todas las naciones bajaron con él a la morada de los muertos, y se juntaron con las víctimas de la espada. (Ezequiel 31, 17)

  • Su ramaje era hermoso y su fruto abundante, había en él comida para todos, a su sombra se protegían los animales del campo, en sus ramas anidaban los pájaros del cielo y todos los seres vivos se alimentaban de él (Daniel 4, 9)

  • El primero era como un león con alas de águila. Mientras yo lo miraba, le arrancaron las alas, fue levantado de la tierra, se enderezó sobre las patas como un hombre, y se le dio un corazón de hombre. (Daniel 7, 4)

  • Yo seguí mirando y vi otra bestia como un leopardo con cuatro alas en el lomo; tenía cuatro cabezas y se le dio el poder (Daniel 7, 6)

  • En lo alto de los cerros ofrecen sacrificios y sobre las lomas queman incienso bajo cualquier encina, álamo o espino cuya sombra sea agradable. Por esto, si sus hijas se hacen prostitutas o si sus nueras engañan a sus maridos, (Oseas 4, 13)

  • Se lo llevará el viento en sus alas, y no habrán ganado nada con sus sacrificios. (Oseas 4, 18)

  • Volverán a sentarse bajo mi sombra; serán vigorosos como el trigo, y les brotarán flores como a la vid; serán tan renombrados como los vinos del Líbano. (Oseas 14, 8)

  • ¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nubes y de espesa niebla! Ahí viene un pueblo numeroso y fuerte, como jamás hubo otro ni lo habrá después de él, avanza y se extiende como una sombra sobre los cerros. (Joel 2, 2)

  • Entonces Yavé Dios hizo brotar una planta de ricino que creció por encima de Jonás para dar sombra a su cabeza y así calmarlo de su enojo. Jonás se alegró mucho por la planta. (Jonás 4, 6)

  • Vi inmediatamente que aparecían dos mujeres. El viento levantaba sus alas, pues llevaban alas parecidas a las de la cigüeña. Se llevaron volando el cajón. (Zacarías 5, 9)

  • Estaba Pedro todavía hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz que salía de la nube dijo: «¡Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido, escúchenlo!» (Evangelio según San Mateo 17, 5)


“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina